En la actualidad, el mercado laboral en el país es diverso y rico en posibilidades de crecimiento. No obstante, la encrucijada es casi siempre la misma durante la búsqueda de un empleo, y especialmente para jóvenes emprendedores: ¿startup o empresas corporativas?, ¿qué otorga más beneficios a largo plazo?, ¿cuál es la opción más conveniente? Mientras las grandes empresas consolidadas se amplían y diversifican, las startups buscan sostenerse y apostar en grande a abrir un nicho comercial desconocido.
Sin duda, no existe una respuesta correcta para estas preguntas, pues depende en gran proporción a las ambiciones de los ofertantes y su experiencia laboral, especialmente a largo plazo. La fórmula, no obstante, es sencilla: las grandes compañías tienen horarios fijos, las startups son más flexibles. Las primeras ofrecen estabilidad, prestaciones y beneficios, las segundas vinculación, experiencia y la promesa de una gran tajada del pastel en caso de éxito.
A largo plazo, elegir entre ambas opciones representa además una visión a futuro sobre las habilidades y liderazgo del socio contratado. Por un lado, si una startup ofrece flexibilidad de horario, ¿cómo se garantizará entonces el crecimiento a un puesto directivo en un futuro? Por otra parte, si un corporativo ofrece capacitación estructurada y previamente definida, ¿en qué momento ofrecerá las habilidades blandas y multidisciplinarias necesarias para el crecimiento individual?
Conoce a continuación los beneficios que cada opción te ofrece.
Grandes riesgos con grandes beneficios. Según las estadísticas, la mayoría de las empresas de tipo startup fracasan. Algunas por falta de presupuesto, por malos manejos y dirección o por conceptos anticuados. No obstante, la inversión puede valer la pena, pues sólo este tipo de empresas ofrecen gran éxito a corto plazo.
Más que un trabajo. Las startups trabajan bajo constante presión en búsqueda de sobrevivir y satisfacer a cada inversionista con su respectiva fecha de entrega. Esta dinámica ofrece recompensas, pues el rol de cada individuo al interior de la empresa se vuelve trascendental y éste se vuelve parte integral de su crecimiento.
Grupos pequeños. Un equipo de colaboradores en este tipo de proyectos suele ser reducido y multidisciplinario, con gran sentido de pertenencia y tareas de gran impacto al interior del grupo. No obstante, estos equipos suelen exigir eficiencia y compromiso que no todos están dispuestos a entregar por un proyecto riesgoso.
Innovar o morir. Instagram nació como una aplicación para hacer check in en diferentes sitios icónicos. Ante la demanda de los consumidores, la empresa tuvo que evolucionar a lo que es el día de hoy. No todas las empresas e individuos tienen tal nivel de adaptabilidad ante el cambio, por lo que la tolerancia al cambio es un factor determinante antes de integrarse a proyectos de esta naturaleza.
Sueldos bajos (sólo temporalmente). Antes de despegar, las startups operan a través de sueldos bajos e incluso pro-bono. Esto es un factor determinante durante la búsqueda de empleo, pues a pesar de ofrecer grandes beneficios a largo plazo, los sueldos iniciales caen debajo de la línea de competitividad salarial.
El trabajo que todos hacen. Las grandes corporaciones contratan gran cantidad de personal. Cientos e incluso miles de personas hacen el mismo trabajo que un recién contratado, por lo que aunque es más fácil capacitarse en torno a él, la invisibilidad, la imposibilidad de destacar y de obtener reconocimiento son factores que no juegan a favor del crecimiento individual.
La cadena de procesos. Dada la gran cantidad de empleados y una estructuración clara de la labor para cada uno de ellos, en las grandes corporaciones impera la burocracia. Aunque implica estabilidad y certeza, este mecanismo también alenta los procesos de adaptación y de toma de decisiones (aumentos, ascensos, contrataciones, reubicaciones), por lo que sus resultados, pese a estar garantizados, se ven ralentizados considerablemente.
Las grandes decisiones se toman en jerarquía. Dado el enorme tamaño de sus equipos de trabajo y la clara estructura piramidal respecto a la toma de decisiones, es normal que una sola labor u operación al interior de una gran empresa dependa de muchas personas. Lo anterior podría afectar el desempeño de los empleados a nivel individual, así como su capacidad para destacar a largo plazo al interior de la organización.
Formalidad. En las grandes corporaciones, la uniformidad supera a la originalidad y se vuelve indispensable para mantener una imagen ejecutiva de respetabilidad y cohesión. Ejemplo de ello es el código de vestimenta al interior de las instalaciones de las empresas. Pese a implicar logísticamente menor esfuerzo para cada empleado, el uso de uniformes también puede afectar negativamente la expresión creativa y la individualidad de los empleados.
El reloj, implacable, se debe respetar. Sin apelar a su autonomía e independencia, las grandes corporaciones mantienen un registro de tiempo muy fijo que debe ser respetado a toda costa. Puede ser que no existan las horas extra en estas organizaciones, pero tampoco existe la flexibilidad ante contingencias o necesidades específicas de cada empleado.
A pesar de ser diametralmente distintas, tanto las startups como las grandes corporaciones ofrecen diferentes beneficios y mantienen a la sociedad en movimiento, en muchas ocasiones proporcionando modelos mixtos de trabajo que cada vez fomentan más la formalización e inclusión de los trabajadores a favor de su bienestar y de la eficiencia, la productividad y el éxito de los grandes proyectos que abanderan a través de su constante esfuerzo.