POR Héctor Alvarez, Socio de Consultoría de la firma Global Practice México
El emprendedor cuando pasa de tener una idea de negocio a iniciar su proyecto, es común, y hasta cierto punto lógico, que se enfoque en cómo implementar los mecanismos innovadores que le permitirán llegar a los objetivos primarios que se marcó en su planeación estratégica; sin embargo, en ese ímpetu de cubrir todos los aspectos comerciales, deja a un lado aspectos jurídicos importantes que, de tomarlos en el tiempo correcto, le permitirán que su empresa tenga estabilidad, que perdure en el tiempo y que eviten un sinfín de problemas que lo podrían distraer de su objetivo final.
Si bien el emprendedor debe enfocarse en su Core Business y no distraerse en temas que no son su ámbito de conocimiento, sí es importante que tenga presente algunos de los principales puntos jurídicos al emprender y buscar el apoyo de un especialista en la materia para lograr cubrir dichos aspectos.
Veamos pues, seis de los principales temas jurídicos que debe tomar en cuenta el emprendedor al iniciar su proyecto:
Elegir el modelo societario adecuado. Existen diversos tipos societarios que permiten flexibilidad y que acotan el riesgo personal de los socios; sin embargo, no todos son aplicables para todo tipo de actividades ya que la legislación varía dependiendo el esquema societario elegido y pueden existir restricciones legales que impidan al emprendedor realizar ciertos actos que tenía contemplado. Se deberá elegir el tipo de sociedad adecuado a las necesidades del emprendedor y a las actividades que desarrollará en su empresa, por ejemplo Sociedad Anónima (S.A.), Sociedad Anónima Promotora de Inversión (SAPI), Sociedad Civil (S.C.), Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (SOFOM), Sociedad por Acciones Simplificada (SAS), Instituciones de Tecnología Financiera (ITF), etcétera.
Redacción de estatutos y convenio entre socios. Los acuerdos entre los socios respecto a la interacción que tendrán entre ellos y su relación con la empresa, deberán quedar plasmados en los estatutos sociales o en un convenio privado entre los propios socios. Dentro de los puntos que tendrán que definir están: el monto de las aportaciones, las restricciones a la transmisión de acciones, el reparto de utilidades, reinversiones, aportaciones adicionales, otorgamiento de poderes, quién y cómo se administrará la sociedad, porcentaje para la toma de decisiones, entre otros aspectos.
Aspectos legales, regulatorios y normativos. Es importante identificar previamente cuál es el marco legal aplicable al tipo societario elegido y a las actividades que desarrollará la empresa, así como la viabilidad de su cumplimiento.
Al hacer esto se evita incurrir en incumplimientos legales que pueden tener costos financieros, legales, de reputación y de responsabilidad para la sociedad, para los consejeros o funcionarios que ejecuten los actos o para los propios accionistas.
Protección y registro de propiedad intelectual. Como lo sabemos, los activos intangibles son un elemento esencial para las empresas, por ello el registrar la marca, patentes, diseños industriales, software, nombre de dominio, o cualquier otro tipo de derecho es fundamental para obtener y defender el uso exclusivo de estos derechos y evitar incurrir en violaciones a terceros o que estos realicen actos que infrinjan nuestros derechos. Antes de dar a conocer al público nuestras marcas o demás derechos de propiedad intelectual, así como antes de invertir en la difusión de los mismos, es importante realizar estudios de la viabilidad de su registro o protección, así como cerciorarse que se registren de forma adecuada y cubriendo todos los requisitos legales aplicables para evitar posibles litigios que pongan en riesgo dichos registros.
Elaboración de Contratos. Uno de los pilares para documentar los derechos y obligaciones que se adquieran con clientes o proveedores, es la celebración de los contratos. El emprendedor deberá identificar las principales operaciones y tener cuidado de contar con los contratos que sean necesarios para regular dichas operaciones, tal es el caso de: contratos de suministro, maquilas, distribución, prestación de servicios, entre otros, en los cuales se podrán pactar temas como: calidades, tiempos de entrega, líneas de crédito, garantías, plazos de pago, penas convencionales, etc.
Cumplimiento de obligaciones fiscales y seguridad social. No está de más decirlo pero es de vital importancia el tener regularizados y al corriente los temas fiscales de la sociedad. Asimismo, contar con la documentación requerida por las leyes laborales y de seguridad social y dar cumplimiento con las altas, enteros y demás regulaciones derivadas de las relaciones de trabajo que se vayan adquiriendo con cada uno de los colaboradores que se contraten.
El atender estos aspectos jurídicos al iniciar un negocio nos permite evitar que una idea con gran potencial se vea mermada y en el peor de los casos acabe en un fracaso, por no prever y anticiparse a los riesgos legales en los cuales puede incurrir un emprendedor por deja a un lado los temas jurídicos al iniciar su proyecto.
Es bastante amplio el marco normativo de las empresas; sin embargo, empezar cuidando estos puntos sin duda contribuye a lograr que el emprendedor llegue a lograr el éxito en su proyecto.
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