Toda empresa pequeña y mediana (pyme) encierra un riesgo al iniciar, sin embargo, hay nuevas propuestas de negocio que son mucho más susceptibles a estos por, entre otras cosas, requerir de una inversión inicial mucho mayor. La apuesta es grande pero los probables beneficios lo son aún más, ¿en cuál camino está tu negocio?
Aunque todo negocio que empieza es un emprendimiento, no todos son startups. La diferencia, aunque pequeña, es importante de reconocer para fijar expectativas y alcances realistas, lo que evitará conflictos entre socios —si los hay— y decepciones a futuro.
Una startup es, según Startupbootcamp Fintech México, “una gran empresa en su etapa temprana. A diferencia de una pyme, la startup se basa en un negocio que será escalable más rápida y fácilmente mediante el uso de tecnologías digitales”.
Así, con la innovación y la digitalización como pilares fundamentales, una startup debería tener un crecimiento importante en muy poco tiempo y, una vez alcanzado, dejaría de ser calificada como tal. No se debe olvidar que todos los principales gigantes tecnológicos de la actualidad como Facebook, Google y Amazon, y propuestas que dieron un giro interesante a rubros existentes con base en lo digital —como Airbnb en el caso del hospedaje o Uber en el del transporte individual— iniciaron como startups, una etiqueta que, en este punto, ya no utilizan.
Las diferencias
Por supuesto, no se trata de demeritar ningún tipo de esfuerzo empresarial, sin embargo, como ya se dijo, es necesario tener claro el camino que se está iniciando para tener los recursos necesarios y las expectativas acordes.
Por ejemplo, un negocio de comida, por el riesgo que implica —como toda pyme— es un emprendimiento pues, aunque alcance éxito económico en poco tiempo se trata de un modelo ya probado, es decir, en el aspecto de la innovación no hay un gran aporte.
Además de lo anterior, un negocio como ese o uno de venta de accesorios y ropa, requieren de una inversión inicial hasta cierto punto manejable por una sola persona. Si el emprendedor tiene claros sus gastos fijos y los mantiene estables, es muy probable, no sólo que su empresa perviva, sino que prospere.
En cambio, una startup requiere de una inversión inicial mucho mayor por el hecho de que lo primordial para su operación es una infraestructura digital estable que pueda satisfacer la demanda, ya sea para sus servicios de comunicación, como en el caso de Facebook y Google, o para la compra-venta de autos, como en el de Kavak, un ejemplo más reciente y modélico de una empresa que aportó innovación a un rubro antes desatendido.
Por lo anterior, es común que una startup requiera de varios inversionistas que acompañen al visionario que la inició para poder asegurar que el negocio seguirá adelante y logrará en poco tiempo la expansión necesaria para que deje atrás la etiqueta de startup.
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