POR BRUNO BOYEGA
Alcanzar el bienestar colectivo trasciende los ideales de la ONU y desafía a Global Citizen a involucrar al ciudadano en una iniciativa que conjuga activismo y entretenimiento.
Erradicar la pobreza extrema no es solo uno de los 17 Objetivos Globales de la nueva Agenda para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas, sino uno de los principales desafíos que continuamente enfrenta la humanidad.
Si bien la cantidad de personas que viven en extrema pobreza disminuyó en más del 50%
(de mil 900 millones en 1990 a 836 millones en 2015), aún demasiados seres humanos luchan por satisfacer incluso las necesidades más básicas.
«Esta es una problemática que demanda un activismo en todas sus formas, por lo que es necesario contar con una iniciativa que no genere falsos remordimientos sino una responsabilidad conjunta a nivel mundial», acota Hugh Evans, Alcanzar el bienestar colectivo trasciende los ideales de la ONU y desafía a Global Citizen a involucrar al ciudadano en una iniciativa que conjuga activismo y entretenimiento CEO de Global Citizen, proyecto creado en 2011 y que a la fecha ha reunido 48.8 mil millones de dólares en compromisos de gobiernos,
corporaciones y fundaciones privadas.
«El activismo de hoy hace sinergia con las nuevas tecnologías y busca llegar al corazón del problema a través de historias reales. Esto vuelve a cada persona un agente de cambio consciente de las causas sistémicas de las distintas problemáticas; en el caso de la pobreza extrema es la falta de igualdad de oportunidades, la educación, el acceso a alimentos, la atención médica y el agua limpia.»
El crecimiento económico acelerado de países como China e India ha sacado a millones de personas de la pobreza, pero el progreso ha sido disparejo. La posibilidad de que las mujeres vivan en situación de pobreza es desproporcionadamente alta en relación con los hombres, debido al acceso desigual al trabajo remunerado, la educación y la propiedad.
Tan solo en México, en 2018, la pobreza extrema se presentó en un 7.4% de la población, lo que equivale a más de 9.1 millones de personas, a diferencia de la gente que vive en situación de pobreza, que ese mismo año excedió los 52.4 millones de habitantes, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
La población con ingresos inferiores a la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI) a nivel urbano pasó de mil 513.59 pesos en octubre de 2018 a mil 561.59 pesos en octubre de 2019, lo que significó un incremento de 3.2%, mientras que la población con ingresos inferiores a la LPEI rural, pasó de mil 072.36 a mil 105.80, con un incremento de 3.1%, destacó CONEVAL.
«La conciencia genera decisiones informadas que llevan a un cambio real desde distintos frentes. Eso es lo que buscamos con Global Citizen ante una realidad que demarca una tasa
de pobreza extrema en aumento debido a las nuevas amenazas que plantean el cambio climático, los conflictos y la inseguridad alimentaria».
Una de las recomendaciones que hace Evans es precisamente alinearse a la propuesta de la OCDE para alcanzar los Objetivos Globales: si todos los países trazan un plan de gasto del 0.7% del Ingreso Nacional Bruto (INB) en ayuda internacional para 2030, se contaría con un fondo
internacional de 330 mil millones por año, casi la brecha de financiación completa necesaria para los 59 países más pobres del mundo.
«Cualquier acción impacta en otros, sin importar a qué escala sean estas prácticas, por lo que ya sea que se trate de ciudadanos globales o países comprometidos, el objetivo tendrá un flujo continuo», puntualiza Evans. El proyecto ya cuenta con el apoyo de gobiernos y figuras públicas de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, España, Italia, Países Bajos, Australia, Japón y Corea del Sur.
La plataforma Global Citizen incluye información de todo tipo, desde noticias, recomendaciones, documentales hasta convocatorias para eventos especiales, como su tradicional festival de música, en donde las figuras públicas se involucran probono para atraer a mayores adeptos que apoyen en firmas de peticiones, recolección de víveres, procuración de fondos y donaciones directas.
«Este modelo nos ha funcionado, pues son las buenas acciones las que te consiguen un boleto, el activismo te pone en este evento y eso motiva a las personas a que más comunidades cuenten con agua limpia, tengan mejores oportunidades sociales y se velen los derechos humanos; sea cual sea la razón de origen para involucrarse, considero que la finalidad siempre es la ayuda.»
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