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Consideraciones legales en la sustentabilidad

Escrito por: Hector Álvarez



El desarrollo científico, industrial y económico, acompañado del aumento poblacional, ha ocasionado que el número de empresas también haya crecido y se vean envueltas en la carrera de buscar y explotar todo tipo de recursos para satisfacer las necesidades humanas; sin embargo, este crecimiento ha provocado una desmedida sobreexplotación en el ámbito social, económico y ambiental. Por esto, la necesidad de generar las reglas del juego que eviten el colapso y la caída de la propia humanidad a pesar de su desarrollo, por paradójico que suene.


El desarrollar leyes, reglas, normas, decretos y tratados internacionales en todos los ámbitos como lo son en lo ambiental, salud, laboral, económico, derechos humanos, entre muchos otros, es imperativo para responder ante los problemas que acarrea el crecimiento innegable de la economía y con ello la explotación sin control de los recursos que la naturaleza nos brida. Este cúmulo de leyes nos permite regular el cómo hacer uso de los recursos naturales, quiénes lo pueden hacer, cada cuándo, cómo se puede resarcir el daño causado, cuáles son las sanciones y responsabilidades ante un incumplimiento, entre otros muchos aspectos.

En México, desde el año 1988 la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente estableció legalmente el término de «Desarrollo Sustentable» definiéndolo como «El proceso evaluable mediante criterios e indicadores del carácter ambiental, económico y social que tiende a mejorar la calidad de vida y la productividad de las personas, que se funda en medidas apropiadas de preservación del equilibrio ecológico, protección del ambiente y aprovechamiento de recursos naturales, de manera que no se comprometa la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras».


Afortunadamente el tema de la sustentabilidad en las empresas ha tenido cada vez un mayor interés a nivel nacional e internacional, creando conciencia sobre la necesidad de mantener un comportamiento socialmente responsable, basado en una legislación que permita contribuir al desarrollo sostenible. Sin embargo, los esfuerzos no han sido suficientes.

Por ello, un objetivo primordial que deben tener las empresas es el desarrollarse en equilibrio de sus prioridades económicas, sociales y ambientales, apegándose en todo momento al cumplimiento de las regulaciones que protegen el entorno ambiental y social en el que se desarrollan.


La búsqueda de este equilibrio inicia desde los propietarios de las empresas y se permea para toda la organización y más allá, como a los diferentes grupos de interés o stakeholders. Todas las empresas pueden lograr el equilibrio económico, social y ambiental, sin importar si son grandes o pequeñas, si son empresas públicas o privadas, o si son empresas de nueva creación o ya posicionadas en el mercado, la convicción de ser sustentable comienza desde adentro y adoptar la sustentabilidad es una oportunidad y un verdadero reto para las empresas.


Es importante considerar que la sustentabilidad implica realizar acciones que contribuyan al bien tanto de los propietarios de las empresas, sus colaboradores, clientes, proveedores y demás grupos de interés, lo que al final de cuentas implica en el bien común. Para ello, el plan de negocios o en el plan estratégico de la empresa debe tomar en cuenta el objetivo de la sustentabilidad y diseñar la estrategia de su implementación, supervisión y el equipo de trabajo que le den cumplimiento, pues trata de un proceso de mejora continua.

El adoptar la sustentabilidad desde la administración de las empresas, es parte de las buenas prácticas corporativas, por lo que saber adaptarse a las nuevas condiciones del mercado desde esta perspectiva, hace que las empresas se mantengan en el tiempo, sean competitivas y obtengan una gran credibilidad entre el público.


Las empresas sustentables no solo se deben enfocar en cumplir la reglamentación protectora del medio ambiente, además, deben trabajar con procesos productivos que respeten los recursos humanos, recursos naturales, que implementen programas de educación ambiental, que certifiquen sus procesos y productos con normas nacionales e internacionales y, por si fuera poco, pedir a los demás grupos de interés que adopten las políticas y medidas similares, es decir, deben buscar a través de la ejecución de las estrategias de sustentabilidad plasmadas en sus planes de negocios, retribuir al medio ambiente y a la sociedad los beneficios obtenidos.


Es muy amplia la lista de acciones que las empresas pueden tomar para ser sustentables y desde el punto de vista jurídico, existe un marco legislativo diverso de leyes, reglamentos, normas oficiales mexicanas, normas internacionales y demás disposiciones legales cuyo objeto es regular y fomentar la protección, restauración, manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, así como del cuidado del entorno social, por lo que es complicado establecer un procedimiento estándar sobre los métodos y acciones a seguir; sin embargo, es importante que se evalúe cuál es el impacto que tienen nuestras empresas en la naturaleza y en la sociedad y asumir con responsabilidad, la obligación de conocer y cumplir la ley ya que ello contribuirá en gran medida al bien común.

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